Se esfumará nuestra existencia,
sin ruido, sin un clamor,
solo el murmullo del tiempo,
arrebato del corazón.
Las horas cual río caudal,
se llevan nuestro sentir,
dejándonos en la orilla,
con un eco de existir.
La libertad, ave en vuelo,
nos abandona en su trayecto,
encadenados al destino,
en un perpetuo lamento.
El tiempo, carcelero cruel,
aprisiona nuestra alma,
con grilletes de tristeza,
borrando sueños del mapa.
Pero en medio del pesar,
un hilo de esperanza aflora,
un susurro de liberación,
que nos devuelve a la aurora.