Una de las diosas frecuentemente asociadas con la luna es Ixchel; se hace esta asociación con ella porque es una diosa de la fertilidad.
Ixchel era una mujer muy hermosa con piel de ópalo que se sentaba en el cielo cepillando su brillante cabello durante horas.
Knich Ahau, el dios del sol, era inmune a sus encantos, pero era el único a quien ella quería.
A medida que Ixchel lo perseguía por el cielo, el clima en la Tierra empeoraba; por eso venían las tormentas y los cultivos morían. Pero la diosa estaba tan enamorada que no se dio cuenta del desastre.