Inventario de lo que callo
Hay días en los que todo es un zumbido,
la heladera, la lámpara, el reloj digital
parpadeando su propia incertidumbre.
Hago una lista mental de las cosas
que no digo en voz alta:
el café se enfría más rápido cuando pienso demasiado,
los perros callejeros me miran como si supieran
dónde guardo el miedo,
algunas noches la almohada pesa más
que el cuerpo entero.
Hoy vi una hormiga cargando una miga de pan
con más determinación que yo en todo el mes.
Me sentí culpable, pero no lo suficiente
como para cambiar algo.
Afuera hay ruido de colectivo,
una vecina discute con el viento,
un gato camina sobre la tapia
como si nada pudiera quebrar su mundo.
Quisiera ser el gato.
O la hormiga.
O la miga de pan.
Algo con un propósito claro.
En su lugar, sigo aquí,
ordenando silencios,
esperando que el zumbido
se vuelva música.
