Cada paso que damos, cada palabra dicha,
deja huella eterna, en la historia se anida.
Nuestras decisiones y sueños compartidos,
son semillas que brotan en campos florecidos.
El legado que queda es reflejo sincero,
testimonio profundo de nuestro sendero.
No es solo el logro, sino el modo en que andamos,
lo que nos hace grandes, lo que recordamos.
La vida es un lienzo, un cuadro al pintar,
con cada pincelada, elegimos dejar.
Cada momento es un regalo que vemos,
para dejar huella, en lo que creemos.
No es solo el legado, sino el cómo y el porqué,
con amor y pasión, con fe y querer.
Vivamos con intención, con propósito claro,
dejando un legado que sea siempre raro.
Así, el viaje de vida, el camino andado,
es lo que nos hace ser inmortalizado.