Espinas que se clavan en mi alma,
cada vez que la vida me desgarra,
cada vez que el dolor me alcanza,
y mi corazón se siente en llamas.
Espinas que me hacen sangrar,
cuando el mundo me hace tropezar,
y siento que no puedo más,
que mi alma no puede soportar.
Pero estas espinas, son necesarias,
para que la vida duela menos,
para que pueda sanar mis heridas,
y seguir adelante con firmeza.
Porque detrás de cada espina,
hay una lección que aprender,
una fortaleza que se afina,
y un nuevo camino por recorrer.
Espinas que me hacen más fuerte,
que me enseñan a no rendirme,
aunque el camino sea incierto,
y las dificultades se hagan presentes.
Y aunque a veces me hagan sufrir,
sé que al final valdrá la pena,
porque gracias a ellas puedo crecer,
y convertirme en una persona plena.
Ya no temo a las espinas,
que la vida pone en mi camino,
aprendi a verlas como aliadas,
y seguir adelante con determinación.
Porque detrás de cada espina,
hay una oportunidad de crecer,
de convertirte en una persona más sabia,
y de encontrar la felicidad en tu ser.
Así que no temo a las espinas,
porque son parte de la vida,
y si las acepto y las supero,
encontrare la verdadera salida.