Mi verso se desliza entre los vientos,
ligero como el aire matutino,
dibujando su ruta en el camino,
y flota en los silencios soñolientos.
Es pájaro fugaz de sentimientos,
susurra su verdad en lo divino,
se aferra a la raíz del destino
y canta en los ocultos elementos.
No teme al laberinto de los días,
ni al peso de las horas que lo hieren;
su vuelo brota de las melodías.
Y aunque sus pasos breves se perdieren,
renace en el fulgor de las poesías,
donde las almas libres nunca mueren.