En el vaivén del tiempo, donde el olvido y la memoria luchan,
Surge un frágil equilibrio, un juego de luces y sombras.
El olvido, un manto que oculta el pasado,
Y la memoria, un faro que ilumina el camino.
El olvido, como un río que fluye sin cesar,
Arrastrando consigo recuerdos que se desvanecen.
Nombres, rostros, momentos que se van borrando,
Dejando un vacío en el corazón.
La memoria, en cambio, un tesoro que custodiamos,
Un álbum de momentos que revivimos con nostalgia.
Aromas, sabores, melodías que nos transportan,
A un pasado que vuelve a cobrar vida.
Entre el olvido y la memoria, caminamos,
Un equilibrio frágil que debemos mantener.
El olvido, necesario para avanzar,
La memoria, esencial para recordar quiénes somos.
Porque en el olvido se esconde el dolor,
Y en la memoria se encuentra la esperanza.
Juntos forman un tapiz que teje nuestra existencia,
Una historia que se escribe con tinta del tiempo.
Entre el olvido y la memoria, navegamos,
Buscando el equilibrio, la armonía,
Recordando el pasado, olvidando los agravios,
Y creando un presente repleto de fantasias.