Tu risa, dulce canto,
despierta mil anhelos,
brillando como encanto
bajo los claros cielos.
Tus manos son senderos
de caricias y ensueños,
susurros mensajeros
de amores siempre eternos.
Destilan luz y fuego
tus labios en mis sueños,
dejando en cada ruego
suspiros tan intensos;
¡espejos de un anhelo
que en tu querer me encuentro!