Dorado es el alba que besa la tierra,
el sol que despierta con luz celestial,
es chispa que brilla, que nunca se aferra,
y en todo reluce con brillo inmortal.
Dorado es el trigo que danza en los campos,
el oro que el viento se lleva al pasar,
es rayo encendido que rompe los llanos,
y el dulce reflejo del viejo cristal.
Resplandece el dorado en cálidos sueños,
en hojas de otoño y arena del mar,
en risas doradas, en tiempos pequeños,
que nunca se olvidan, que saben brillar.
Dorado es la vida, dorado es el alma,
la llama que nunca se deja apagar,
es luz infinita que inunda la calma,
radiante, eterna, sin fin, sin igual.