En un café de renombre,
se encontraron a conversar,
Picasso y Cervantes al par,
con un gesto de buen hombre.
Picasso pintaba un cuadro,
con trazos muy originales,
mientras Cervantes, muy amable,
escribía un libro a su lado.
De repente, en la escena,
apareció un gran enredo,
Dalí con sombrero al vuelo,
y Shakespeare con su pena.
Los cuatro se miraron sorprendidos,
y entre risas y alboroto,
decidieron hacer un retrato,
de un cuadro muy divertido.
Todos juntos crearon,
una obra sin igual,
donde el arte y la literatura,
se unieron para brillar.