Destino Cruel
Ya no puedo olvidar tu mirada,
ni el tormento de aquel triste adiós,
fue el destino que, en su cruel jornada,
nos marcó con su oscuro dolor.
Cuántas veces soñé entre tus brazos,
y creí que eras mío, mi bien,
pero el tiempo nos trajo el fracaso,
nos dejó solo sombras de ayer.
Hoy camino sin rumbo y sin calma,
con mi pena y mi amarga verdad,
te llevaste mi risa y mi alma,
y en mi pecho dejaste soledad.
Destino cruel, ¿por qué me castigas?
¿Por qué me condenas a tanto sufrir?
Si todo mi amor se quedó en sus caricias,
si todo mi mundo giraba en su piel.
Ya no quiero seguir este viaje,
sin su amor, solo queda el dolor,
pero el viento me dice su nombre,
y mi alma le entrega su adiós.
——
Balada: Destino Cruel
En la penumbra de esta soledad,
te nombro en suspiros, te intento olvidar,
pero el eco amargo de nuestro ayer
hiere mi alma y la vuelve a encender.
Te amé con locura, sin condición,
fuiste mi estrella, mi única razón,
y hoy solo el viento me viene a contar
que otro en tus brazos me vino a suplantar.
¡Ay, destino cruel, por qué me castigas!
¿Por qué en su mirada me robas la vida?
Si todo mi amor yo supe entregarle,
hoy solo me dejas la pena de amarle.
Bajo la luna te vuelvo a escribir,
cartas de sombras que nadie ha de oír,
y en cada estrofa de mi desventura
llora en mi pecho la herida más pura.
Quizás en la vida nos vuelva a cruzar
el triste capricho de la eternidad,
pero en tu alma ya no habrá lugar
para este hombre que supo esperar.
¡Ay, destino cruel, por qué me castigas!
Si ella era mi vida, mi única dicha,
hoy solo me queda vagar sin consuelo
con este lamento que grita hasta el cielo.
Y así en mi tristeza, sin rumbo y sin fe,
te dejo mi canto... mi última vez.
