Décimas Epinelas: La Vida en Sus Manos
I
A veces la vida duele,
se tuerce sin previo aviso,
como un río, sin permiso,
que arrastra todo desvele.
Es el viento que nos suele
dar fuerza en tiempos de espanto,
un susurro, un manso canto
que calma la tempestad.
Y en medio de la verdad,
la vida se abre en su encanto.
II
Nos da sus días la suerte,
mas nada tenemos fijo,
es un tiempo, un breve hechizo
que a veces huele a la muerte.
Sin embargo, en su vertiente,
nos da también alegría,
como el sol de mediodía
en invierno, un raro don;
así es que el corazón
se llena de luz y guía.
III
Se aprende que en cada paso
hay misterio y hay asombro,
que la vida es solo el hombro
que aguanta el peso y fracaso.
Mas también, cual fuerte lazo,
es mano que da su aliento,
caricia en suave momento,
que sana con su calor.
Es ella quien da el amor
como un limpio sentimiento.
IV
La vida, en su propio andar,
es maestro y es testigo,
es un verso, es un amigo,
que nunca deja de amar.
Y aunque la cuesta al final
se torne gris o incierta,
la fe en ella siempre acierta:
un puente hacia el más allá.
En sus brazos siempre está
la senda, de paz cubierta.
En estas décimas epinelas con pie forzado, se explora la vida con sus altibajos y su profundidad emocional, reflejando el misterio, el dolor, la belleza y la esperanza que ella nos brinda. Cada estrofa busca profundizar en las distintas facetas de la existencia, mostrando su dualidad y su carácter de guía en el sendero humano.
