Cuando alcance al nirvana
Cuando alcance al nirvana, la luz será infinita,
y el cosmos resonante será mi fiel morada;
se abrirá ante mi alma la senda dilatada,
del tiempo despojada, del mundo ya proscrita.
El viento del espíritu, esencia inaudita,
deshará mis cadenas de sombra y de jornada;
la carne será polvo, la culpa será nada,
y en el todo absoluto, mi voz será bendita.
Mis ojos verán lejos el campo de la calma,
donde laten los sueños que el hombre no ha soñado,
y el eco del silencio será mi única palma.
¡Oh plenitud etérea! Mi ser será elevado,
y al fundirme en la aurora que en la vida desalma,
hallaré en su fulgor el amor siempre anhelado.
