En el silencio de sus almas,
Corazones valientes, ocultos bajo el llanto,
Mujeres maltratadas, heridas sin consuelo,
Lloran en secreto, su dolor desgarrante.
Sienten el peso de cadenas invisibles,
Sufren en soledad, sus voces apagadas,
Soportan el dolor, calladas y sumisas,
Mientras sus heridas sangran, sin ser sanadas.
El miedo las paraliza, las encadena,
Lastimadas por manos que deberían proteger,
Buscan refugio en la oscuridad,
Ocultando su dolor, sin poder huir.
Pero en lo profundo de sus corazones,
Hay un destello de esperanza, un anhelo de libertad,
Un deseo ardiente de romper las cadenas,
Y reclamar la fuerza que les ha sido arrebatada.
Corazones valientes, no están solas,
Hay quienes las escuchan, quienes creen su verdad,
Juntas pueden romper el silencio,
Y construir un futuro libre de maldad.
No más heridas, no más lágrimas,
No más cadenas que las opriman,
Corazones valientes, es hora de liberarse,
Y vivir la vida que siempre han soñado.