Querido Amor;
En cada latido de mi corazón, guardaré la imagen de tu rostro, la calidez de tus abrazos y la dulzura de tus palabras. Estos recuerdos serán un tesoro en mi pecho, una fuente de fortaleza y consuelo en los tiempos difíciles.
Recordaré nuestras risas compartidas, nuestras conversaciones profundas y los momentos de complicidad que solo tú y yo conocimos. Aunque el destino nos lleve por caminos separados, siempre llevaré conmigo la esencia de nuestro vínculo.
La vida es una colección de experiencias, y aunque esta etapa llegue a su fin, los momentos preciosos que vivimos juntos nunca se desvanecerán por completo. Serán un faro de luz en los momentos oscuros, una guía para seguir adelante.
Así que, mientras te marches y sigas tu propio camino, seguiré atesorando esos momentos divinos, permitiendo que me inspiren y me impulsen a seguir buscando la belleza en cada nueva experiencia.
Puede que nuestras historias se separen, pero siempre llevaré conmigo el amor y la conexión que compartimos. Que el futuro nos depare nuevos capítulos llenos de alegría y crecimiento, mientras nuestros recuerdos perduran en el rincón más especial de mi ser.