Duerme, mi niño, duerme,
que el mundo es un lugar tranquilo,
donde los gatos ronronean
y las hojas susurran.
Cierra tus ojos, que ya es hora,
las estrellas te vigilan desde lo alto.
Deja que los sueños te lleven
a tierras lejanas y maravillosas.
No temas a la oscuridad,
pues la luna te acompaña.
Respira hondo y descansa,
que mañana será otro día.
Cuando despiertes, verás
que todo está en su lugar.
Así que duerme en paz, mi niño,
que el mundo vela por ti.