En tierras de jade y volcán encendido,
nació una poeta de fuego y de flor,
Delia Quiñones, un canto tejido,
con hilos de patria, de lucha y de amor.
Guatemala vibra en cada palabra,
su voz es un río que sabe soñar,
con fuerza de ancestros su verso se labra,
y eleva montañas al cielo al cantar.
Sus manos escriben la luz de su gente,
su pluma es estela que rompe el ayer,
guerrera de viento, mirada valiente,
la historia en su pecho se siente arder.
Oh, Delia querida, tu canto resuena,
orgullo de un pueblo que sabe existir,
que en tus letras puras la vida se llena
de sueños que nunca se han de extinguir.