Amalia de los cielos, al alba resplandece,
tu nombre se corona, la vida te engrandece.
De azules horizontes y soles encendidos,
se ciñen tus senderos con sueños florecidos.
La aurora te saluda con cánticos dorados,
tu andar es melodía de tiempos revelados.
Amalia, primavera que embriaga los sentidos,
tu risa es un susurro de lirios encendidos.
La brisa en tus cabellos dibuja sus caricias,
y el cielo se arrodilla en mágicas delicias.
Tus manos son jardines, de vida iluminados,
Amalia, en tu latido los años son dorados.
Los astros te contemplan con luces de esmeralda,
y el tiempo, reverente, su ritmo en ti se calma.
La luna, con su velo, tu rostro acaricia,
y el río te murmura su eterna letanía.
¡Oh Amalia, flor del viento, poesía de la vida!
Tus treinta y dos auroras la tierra han bendecido.
Que sigas siendo llama, lucero que no muere,
pues el amor te viste y el universo quiere.
En este bello dia canta el alba a tu grandeza,
Amalia, primavera de eterna fortaleza.