Niño errante, alma en llamas,
versos locos, sangre ardiente,
ojos llenos de tormenta,
boca altiva, mar creciente.
En la sombra de los bosques,
en los trenes, en las calles,
va su pluma dibujando
fuegos, ángeles y males.
Dios y el diablo en su lengua,
luz y fiebre en su mirada,
todo el mundo en su palabra,
nada al fin, en su morada.
Arthur Rimbaud, joven viejo,
mago herido, voz secreta,
corazón hecho ceniza,
maldito niño poeta.