Ardiente estación de Verano, tan radiante,
Cuando el sol derrama su fuego deslumbrante,
El calor se adueña de cada rincón del día,
Y la naturaleza en su esplendor se desafía.
Los días se alargan, llenos de luz y color,
El aire vibra con un ardor seductor,
Las playas se visten de risas y olas danzantes,
Y los cuerpos se funden en abrazos galantes.
El Verano, el tiempo del gozo y la pasión,
Cuando el calor enciende la imaginación,
En cada atardecer, el fuego del ocaso arde,
Y el susurro del viento aviva el deseo sin alarde.
En la noche estrellada, el romance se despliega,
Bajo la luna que nos mira con su luz ciega,
El Verano nos invita a vivir sin medida,
A dejarnos llevar por la pasión desenfrenada.
Alegres, en esta ardiente estación del anhelo,
Nos entregamos al sol, al amor en su vuelo,
El Verano nos envuelve en su abrazo caluroso,
Y en su fuego, encontramos el éxtasis glorioso.