Dicen que el amor es sacro y santo,
Un sueño dorado, un anhelo ardiente,
Un don precioso, un tesoro encantado,
Que eleva el alma y la hace volvente.
Mas cuando el amor se enturbia y se desvela,
Y sus promesas se tornan en engaño,
Se ve su crueldad, su máscara revela,
Consiguiendo lacerar el alma con daño.
Porque el amor, si es falso o superficial,
Deja heridas profundas, un dolor agudo,
Que el tiempo solo cura con su paso vial.
Por eso, alzamos la voz y damos consejo:
No confundas con el amor el juego,
Que el verdadero es sagrado y no es ciego.