Fuiste un verso que el tiempo no borraba,
un susurro que el viento acariciaba.
En tus ojos la luna se escondía,
y en tu voz, el silencio se rompía.
Fuiste arte sin lienzo, luz sin forma,
la musa que mi alma siempre nombra.
Cada palabra en tu ser florecía,
como un canto que nunca moriría.
Es tuyo el aire, y tuyas las estrellas,
cada letra que brilla es de ellas.
Yo solo escribo lo que en ti descubro,
pues tu esencia transforma todo en lo puro.
Eres poema, amor hecho mirada,
una joya en la noche delicada.
Y si el mundo te observa sin saberlo,
es porque aún no ha aprendido a entenderlo.