Por mares de zafiro y luz dormida,
tus versos como pájaros volaron,
y en cielos de cristal se refugiaran,
dejándonos la esencia de la vida.
Tu lira conquistó cielos divinos,
sus cuerdas con el alma se templaron,
y en mágicas estrofas se enmarcaron
los sueños más etéreos y genuinos.
Principe azul del verso resonante,
del ritmo tropical, luz soberana,
tus alas dieron forma a lo distante.
El arte fue tu espada y tu ventana,
y en cada letra, inmenso y desbordante,
florece un sol que nunca se profana.