La primavera ya se asoma,
deja el campo su color,
canta el mirlo, danza el aroma,
vuelve al alma su calor.
Tras el hielo y la neblina,
tras la pena del invierno,
sale el sol con luz divina,
rompe el aire su yugo eterno.
Brilla el prado de esperanza,
verde manto sin igual,
y la flor, que en su tardanza
se hizo leve, vuelve audaz.
Ríe el río con su canto,
juega el viento en el vergel,
cielos claros, luz de encanto,
ya no hay sombra ni su hiel.
Mil colores la engalanan,
mil suspiros trae abril,
las abejas la proclaman
en su ronda tan sutil.
¡Oh estación tan bien querida,
dulce, fresca y hechicera,
que nos brindas nueva vida,
esperada primavera!