Señor, gracias,
por dejarme construir mi fundamento sobre el tuyo,
y amarrar mi pequeña piedra a ti,
la piedra angular,
firme y eterna, que soporta todo peso,
pues sin ti, mi estructura se desmoronaría,
y mis sueños serían polvo en el viento.
**Señor, gracias**
por ser la base inquebrantable de mi fe,
el pilar que sostiene mis esperanzas,
y la roca que nunca cede, incluso en las tormentas.
Contigo, cada paso tiene propósito,
cada lucha tiene sentido,
y cada victoria, un eco de tu fortaleza.
Señor h, gracias,
por ser mi guía y mi refugio,
la luz en mi oscuridad,
y la certeza en mis dudas.
Mi vida, anclada a tu verdad,
encuentra paz y dirección,
porque tú, piedra angular, eres el cimiento de mi ser.