Calles que se vuelven recuerdos.

Cuando lo único que se hacia, era brincar en charquitos de ilusiones.

Recuerdo la hamaca.

El olor a leña

La hierba fresca

El místico canto de la niña Martha, tratando de ahogar sus penas.

Recuerdo a mis siete primos.

El camino de hormigas que bañaban la cerca.

El balay viejo

El gallo hambriento

Los pecados de un pueblo.

De los olores que mas recuerdo, era la de “Flor de Amor”, ese que le hacia cosquillas al llanto.

Y así...

Aspiro a vivir descalza todo el tiempo, con los pies bañados de Veraneras y  Tierra Mojada.