Eras frágil como la caña ya cascada; débil como la mecha que aún humea. Por encima de los días, meses, años –y un solo gris infinito– que han pasado sobre tu recuerdo, no me queda de ti...

Son estos ojos míos los que me amarran al paisaje de mi ventana. Son mis oídos los que me impiden oír la música que no se oye con oídos. Son estos pies los que me obligan a afirmarme en...

En la casa vacía han florecido roj…

Eché mi esperanza al mar: y aún fue en el mar, mi esperanza verde-mar... Eché mi canción al mar: y aún fue en el mar, mi canción

Como una guerra civil, como una rebelión sordamente contenida, el dolor ha estallado en alguna parte de mi tiempo sin darme tiempo a huir, cogida por sorpresa entre su furia. Se presen...

Yo dejo mi palabra en el aire, sin… Porque ella no es un arca de codic… coqueta que trata de parecer más h… Yo dejo mi palabra en el aire, par… la estrujen o la expriman.

Porque me amas más por mi arcilla que por mi flor; porque más pronto hallo tu brazo cuando desfallezco que cuando me levanto; porque sigues mis ojos a donde nadie se atrevió a seguirlos...

Los juegos de agua brillan a la lu… como si fueran largos collares de… Los juegos de agua ríen en la somb… y cruzan y cintilan dibujando radi… garabatos de estrellas...

Vuelvo a nacer en ti: Pequeña y blanca soy... La otra —la obscura—que era yo, se quedó a… como cáscara rota, como cuerpo sin alma,

Miro siempre al sol que se va porque no sé qué algo mío se lleva…

Dichoso tú, que no tienes el amor… Dichoso tú, que puedes encerrar tu…

Y primero era el agua: Un agua ronca, sin respirar de peces, sin orillas que la apretaran… Era el agua primero,

Y dije a los guijarros: —Yo sé que vosotros sois las estre… Entonces los guijarros se encendie…