Era coja la niña. Y aquella su cojera era como un ondulamiento

No era bueno quererla; por los ojo… le pasaban a veces como nieblas de otros paisajes: No tenían color sus ojos; eran fríos y turbios como ventisqueros.…

Tú tienes alas y yo no: con tus al…

Sólo clavándose en la sombra, chup… de la sombra, se logra hacer para… Grato es el aire, grata la luz; pe… y el que no ponga el alma de raíz,…

¿Qué me queda por dar, dada mi vid… Si semilla, aventada a otro surco, si linfa, derramada en todo suelo, si llama, en todo tenebrario ardid… ¿Qué me queda por dar, dada mi mue…

Yo conozco el camino que este rosal ha hecho recorrer a su rosa hasta abrirle hueco hacia la luz en la trémula punta del cáliz. Yo casi acertaría a verlo filtrándose a su flor a través ...

Ni con guirnaldas de rosas deseo s… No he de poner un dedo sobre ti; m… Si he de bajar hasta la entraña de… De sueños resoñados pude vivir has…

De tierra crece la montaña. De paciencia de tierra, pulgada por pulgada, o de crispadura de tierra que empuja hacia arriba el fuego de adentro, o del espasmo doloroso de la tierra joven...

Ayer quise subir a la montaña, y el cuerpo dijo no. Hoy quise ver el mar, bajar hasta la rada brilladora, y el cuerpo dijo no. Estoy desconcertada ante esta resistencia obscura, esta in...

Si pudiera escogerlas libremente entre las más brillantes o las más obscuras; si te fuera dado entresacarlas con mano trémula, como hace ante las piedras preciosas el orfebre encargado ...

En el valle profundo de mis triste… inconmovible y silencioso como una… Eres de la raza del sol: moreno, a… a resinas silvestres. Eres de la raza del sol, y a sol m…

Más allá de tu nombre y de mi nomb… qué será este esperar sin esperanz…

Dichoso tú, que no tienes el amor… Dichoso tú, que puedes encerrar tu…