Hubo un día en que tuviste tantos amantes que no recordabas sus nombres, tiempo de miel, vino y canela. Hoy vacía, la noche te llama
El tren me trae, la soledad dorada, hilando mí alma. Aquel otoño bordé en aquel pañuelo,
Mis uñas se clavaron en tus muslos de nácar haciendo surcos en ellos, mis manos subieron por las piernas… hasta tocar tu pubis sedoso.
Me dejé llevar por la temperatura y por ti perdí la cordura. No sé que corre por mis venas
Siento que mi corazón es naturaleza pura, noto que me vuelvo nube, mar, río de lava, barro, árbol, desierto,
Me dijiste que eternamente estarías por mí, ahora sé que mentías como siempre, y no te quiero perdonar.
Quiero que sepa el mundo entero que ya no te quiero, que por logré decirte adiós. Solo deseo no verte jamás, que esa mirada ya no sea para mí.
Llueve en la noche bajo el soportal besos, las bocas ávidas buscan la piel desnuda en el rincón oscuro.
Hoy he llorado hasta partírseme el… he dejado que el agua salada bese mis mejillas, bese mi boca. Me he dejado llevar
Tomo té mirando la ventana, mientras la rutina me mata. No hay nada peor que ver que desde que te marchaste el mundo viaja,
Noto tu aliento en la nuca, bajas por mi cuello siento el latir de mis arterias, tengo el deseo en mis labios y mis piernas temblando.
En el río Darro tus pies bañabas, en la fría agua como un niño disfrutabas. Entre dos luces
En la cocina aroma a café fuerte, me seduce esta madrugada, se me escapan las miradas, para tocarte por dentro
Engaño la mente escribiendo, mi voz se quiebra oigo pasar los coches, en uno de ellos vas tú, el corazón florece
Yo he sido libre montando en bicicleta, sintiendo la brisa fresca del amanecer. Belleza de campos de amapolas,