No sé que me pasa, pero la vida se me va en la mesa sentada la mente me abrasa. La televisión me da hastío

Solo se dedicaba a decir lo bellas que eran sus letras. Halagos a sí mismo se dirigía. Envidia insana de las personas, que realmente escribían.

Olas que hacen música en mi oído arena que me hace sentir arder mirando el horizonte creo notar en mis muslos la soledad del Mediterráneo.

Lloré escuchando aquella hermosa música, salia del alma. Ando descalza sobre asfalto de musgo,

Hay un lugar que me mata, me rompe sin embargo, siempre estoy ahí. Un sitio perverso donde el dolor es el placer

La mujer hace un ramo de amapolas. Se oye ladrar. Lleva el camino hasta la casa blanca,

El miedo cierra puertas, se corren las ventanas de los ojos en el silencio de la noche. Estrellas rayan el cielo

Mirando al cielo la hermosa mujer ruega: Haz que mis versos sanen heridas de odio, den cosechas de amor

En mi espalda recuerdos de tus manos. En mi boca la evocación de tus bes… que nacieron al compás de un amor en la noche de las mil tormentas.

La negrura me envolvió como una capa, la vida solo fue sombra. Mi cabeza está perdida en un almanaque donde

Hablan sus ojos, cuentan historias… cuando los abre de par en par veo felicidad en ellos, están tan abiertos que sonríen. Y, ¡Esa mirada de sorpresa!