POESÍA JAPONESA
Puedes besar otros labios, pero nunca olvidarás el sabor de l… sentimientos naufragados entre las… pero, los tuyos por mí se agarran… sé que aún estás enamorado.
El agua acuna el torrente del río oigo como habla. Mi alma cayendo por el mar de la vida,
Nostalgia de la vida nace de las flores de la muerte, asfixia de los sentimientos entre pulmones muertos. Entre el límite de la vida
Paseando por Granada llevando mi bicicleta, me quedé mirando a un perro con hechura de alambre y ojos saltones, de esos, que ponen a prueba la sujeción de sus cuencas y para rematar con...
Gira sobre si mismo ramas abiertas mirada infinita Olor a otoño de frutas y manzanas
Me tienes desquiciada siento que la locura se apodera de… ven te espero en esta cama que está sola sin ti, abrázame estrechamente
En este día de San Valentín piens… arrebujada aún en la cama, te miro… una media sonrisa en la cara. Recuerdos vienen a mi cabeza, cuan… este día, tan de grandes almacenes…
Aullé como los lobos bajo la luna el dolor quemaba mis entrañas aullé de rabia, ira, cólera, furia al verla llorar
Sigo la senda de tus pisadas, voy haciéndolo con cuidado, tengo miedo de que la playa las borre y solo quede mi solitari… mirada.
Alboradas de piernas enredadas, en sábanas húmedas sábanas gastadas, con promesas y deseos de te quieros y frenesí.
¡Ay de MI que dolor me causaste en el alma! Un puñal clavaste en aquella noche de angustia, me he quedado sola, sola,
Estabas en el pasado estabas que yo lo vi comiendo rabia bebiendo dolor. Las palabras eran puñales
Paseando Subiendo la cuesta de Gomérez pen… hombre ya mayor, vestido de una ma… Me asombré al verlo tan fresco ¡M… Versaba en voz alta de una manera…
La niña avanzó hacia mí, sus ojos refulgían, su boca entreabierta. Me dijo con una naturalidad que me dejó petrificada: quiero tu sangre. Con ojos anhelantes, demasiado tristes para llo...
Tengo hambre de devorar sentimient… que se terminaron hace tiempo, de cuerpos sudorosos que se fueron… de letras de canciones que cuenten a las almas perdidas el hambre de