POESÍA JAPONESA
Tengo los ojos del león soy grande poderosa un ser invencible; tengo una capa que me protege.
¿Quieres que te diga la verdad? solo eres un mojigato lleno de mie… eres un hombre asustado que solo vive en la oscuridad. Ya huele mal la situación
Llora la dama rayas de lluvia blanca; que quitan vidas. Cae en mí sangre roja, de mi rota nariz,
El jardín níveo pétalos de jazmín blanquean su pelo trenzas de flores albas ciñen su bella cara.
Entre las piedras olores de color flores que aroman deleite de los ojos la vida brota a tiempo.
No te guardes los “Te amo”, no escondas los “Te quiero”, no calles un “Te extraño”, no niegues un “Te espero” No mates un abrazo,
El tiempo se va terminando el corazón hecho tiras se va recomponiendo tu època se acaba. Es el final de una historia
Me tienes desquiciada siento que la locura se apodera de… ven te espero en esta cama que está sola sin ti, abrázame estrechamente
Son muchos días viendo como se escapa mi risa, de extrañar la persona que conocí, no sé dónde ha ido pero tú solo tienes su cara.
Debes aprender en la noche eterna, a recordar las palabras del amor que dijiste que me tenías. No dejes que la oscuridad te lleve y sea tu dueña,
Aquellas manos etéreas querían tocarme, pero no podían, yo, estaba lejos, muy lejos. Al otro lado del horizonte
MI HOMBRE Mi hombre, me mira con ojos de deseo, él contempla mi boca, sonríe provocativo,
El mar espléndido dona su arte, en el brillo de los cristales. Besan el lago esas flores de loto,
Triste está el árbol luna redonda, mira solo en el campo
Desprendo calor como el verano en Granada mi cuerpo arde solo con mirarte. Tengo un cuchillo de chocolate entre mis pechos