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Le doy al niño de Chile la nueva patria que tengo: limpia y olorosa a limpio, patria dispuesta a quererlo como me quiere ella a mí,
En el río San Juan vive un pececito que aprende a nadar. Sobre el Yumirí —iris diminuto—
En su casa de hojas despierta el pájaro porque, anunciado el día, se entona el gallo. Canta seguido,
Porque no saben quererte me dicen que eres muy fea. Duerme... Duerme... Duerme, que te coge el gato y las tijeras muerden.
Al mediodía, cristal el agua, cristal las hojas, cristal el día. Cristal, cristales,
Aserrín Aserrán. Puñadito de violetas, limoncito verdemar, anillito de corales.
¿Qué venadito blanco cruza la noche cuando la luna llena brilla en el monte? ¿Qué venadito sediento
Entre las lomas el día nace. Límpidas gotas la noche esparce sobre la hierba
EL día, una rosa blanca. La noche, un caballo negro. (La tarde, una mariposa que ha detenido su vuelo.)
¡Tilín! ¡Tilán! Campana de oro de la mañana. ¡Tilín!
Naranja sobre limón, sobre limones el agua: agua fértil de represa, agua de la nube blanca. Finas espigas de arroz,
Cuenta la estrella Polar que el puerto de Cabañas, los pescadores cubanos la nombraron capitana. Velero con altas velas
¡Del monte cubano vengo, del monte cubano soy! Pinipiní Guásima baría, júcaro amarillo,
Torito camagüeyano y de la sabana rey, he venido de muy lejos queriéndote conocer. Debajo del algarrobo
Viajaré a la luna desde el campamento con su colorada pañoleta al cuello. Para complacerla