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Sobre el mar hay una barca, sobre la barca un barquero, sobre el barquero
En el río San Juan vive un pececito que aprende a nadar. Sobre el Yumirí —iris diminuto—
Cua cua, cantaba la rana, cua cua, debajo del agua. Pasó una paloma:
Mi papalote, ¡qué lindo mi papalote! Vuela y vuela como un pájaro mi papalote. Un pájaro de papel
El cielo es un espejo y la gaviota suelta su vela blanca desde la costa. Marinera del aire,
Con sus pichones la codorniz a la sabana viene a dormir. Un perro ladra
EL día, una rosa blanca. La noche, un caballo negro. (La tarde, una mariposa que ha detenido su vuelo.)
Subes a la portada, ¡quiquiriquí! entusiasmado cantas, ¡cucurucú! Veo tu pico amarillo,
Do Re Mi Fa Sol, ya sube la araña. sol fa mi re do corriendo trabaja. Se mece,
A la gallinita ciega ayer tarde la curé: puse en aguas tres vicarias y los ojos le lavé. Hoy paseó con sus pollitos
¡Qué sol enciende el palmar cuando, guardián de su nido, rompe el sinsonte a cantar! ¡Qué cubano amanecer hay en su trino; qué luces
El oro de la tarde tiñe la copa de una vieja yagruma quieta y sedosa. Duerme cansado el viento
—Venga, venga, salamandra: ¡abra la puerta, saque la gata, busque la escoba, limpie la casa!
Yo tengo un sombrero alón donde cabe un aguacero, y botas que reconocen los caminos del vaquero. ¡Qué bien te sabré domar,
Aserrín Aserrán. Puñadito de violetas, limoncito verdemar, anillito de corales.