Estoy muriendo. Mírame, mira como mi brillo se opaca, mira como mi carácter se alborota, mira como caigo en la horca. De perderte y no encontrarte.
Pero... permíteme explicarte, el daño que te hago no sé lo merece nadie. Eres el amor de mi vida, pero mi mente está rayada de tanta maldición que emboca todo los espíritus de mis compañías; familiares, amigos.
Hoy terminaré de morir, ya las circunstancias oscurecieron mi verano y con una cierra me partieron de a poquitos; mis sueños, mis favoritos... todo. la maldición de la taza de té tenía razón.
“ Le temes tanto a la soledad, que apartaras al mundo feliz por una realidad solitaria y desnutrida”
Ya comprendí que hay personas que llegan al mundo sin algo que aportar... ser transparente para el mundo consumidor de gracia y simpatía.
Mientras vivía quería morir y ahora muerta quiero estarlo más... pero antes de partir quiero retractar un pensamiento, un amor.
“No te vayas, vente conmigo. Tengo tantas cosas que decirte que sólo me sale mirarte”
Pero es tarde... Ya es muy tarde.