Y a pesar de los desplantes, mi angustia me decía que más temprano que tarde aquellos regresarían.
Y no era del todo cierto, muchos marchaban a paso seguro de seguir con sus destinos y no incluirme ; y yo desesperadamente sin apariencia sincera y con tono desinteresado los buscaba. Protegiendo mi frágil intención, de retener a aquel caminante para quererlo de una manera correcta y así no tenga ganas ni razones para irse.
Y me consideraban bueno, y mis cualidades vista desde otras perspectivas las consideraba yo, mis más grandes defectos.
Me he mostrado fuerte y nunca lo he sido, me he mostrado desatento y no lo consigo.
Por que el ser humano aprende a ser malo por lo mismo que les pasa.