Diego Araque

Madre

Me gustaría invocar los recuerdos de esos días, cuando yo gozaba en la eternidad
acuática, cuando los linderos de mi renacuajesca presencia estaban en el envés de
su dermis.
Me gustaría acordarme del sabor que tenía su magma amniótico y de las palabras
bonitas que venían por el correo postal umbilical..
Me gustaría haber cambiado de color cada vez que sonreía y jugar a ser pulpo tímido
o arrecife de coral..
Me gustaría haber tomado una fotografía a contra luz de su corazón grande y
acelerado..
Éramos, fuimos un solo continente. Por nueve meses me disfrace de cordillera..
Pero me deshiele entre sus piernas...
El ardor de sus convicciones me apresó en sus brazos y me dio sed de quererla y
beberla..
Me arrastro al mundo y aprendí que mi amuleto, su puntiaguda nariz era..
Me rugió besos y espanto los panales de tristezas zumbeantes ...toldillo tejido con su
voz hilada..
No conjugo pasado infértil, prolongo memorias intensas..
Seguiremos siendo continente cada vez que nos soñemos abrazados, cada vez que la
vean en contra luz con el corazón grande y encarnizado. Cada vez que una velita se
asome y se enfrente con el huracán del aliento de mi madre bella.

Preferido o celebrado por...
Otras obras de Diego Araque...



Arriba