Las tardes violetas se ambientan con risas violentas, y al verte contenta, una batalla sangrienta se desata en mi interior.
Yo anhelaba tu corazón; tú me diste una rosa. Y aunque fue sin intensión, la regué con mis lágrimas sosas. Quizá demasiado.
Azulado como el cielo hoy. A su lado, donde no estoy. A su lado es un mal lugar, y azulado es un triste color, pero es mi favorito.
Oh, mi dulce mariposa, ¿sabes una cosa? La vista es tan hermosa que no puedo llorar. Y no trato de atraparte,
Mis ojos no guardan secretos, mis labios traidores se curvan hacia el cielo y es todo un reto controlar mis manos que sudan. Sería un desastre de héroe,
No tienes que alcanzar las estrell… y sólo los tontos persiguen arcoír… Tírate en el pasto y disfruta aque… pequeñas, grandes, invaluables cos… que te da la vida.
Las noches se achican, pero eso no perjudica mis horas de sueño. Y si mis ojeras implican que hay un pequeño
La suela de mi zapato está gastada… Solo digo. Tu alma viajera suspira, cansada. de cargar tus maletas a todos lado… Solo digo.
Oh, yo sé que si te diera estambre tejerías un abrigo para mí—Saciarí… y me darías mas motivos que excusa… para darte todo lo que buscas, por eso me fui.
Mis piernas perderán su fuerza y tu piel se llenará de arrugas, pero aún si el tiempo se esfuerza en alejarnos, nunca podrá. Bailaremos las mismas canciones.
Encendí una antorcha, disque para no ir a tientas. Me puse al cuello un hacha apostando novecientas noches sin poder dormir
Dormir sobre el petate, con el olor a raidolito; los grillos danzando en el zacate, en un sublime concierto gratuito. Y al oír el motor de un abanico
Ya le diste dos vueltas al mar, y yo aún trato de llegar a la orilla. Es injusto que te fuiste de la vil… pero aún no pierdes la silla.
Supongo que no hay créditos en esperarlos, si lo inédito llegará cuando vuele lejos el enja… como ahora, que no quedan pájaros… Solo tú y yo.
Y aún me carcome la inquietud: ¿Cómo sobrevives algo de esta magn… sin ni una quemadura? Vaya, ¡qué poco te dura el amor eterno!