Eran un par de locos en un arbol
Eran un par de besos sin final
Eran dos manos entrelazadas sin
Límites, eran dos cuerdas que se querián anudar.
Eran dos barcas que a la deriba
Se amaban uno a otro cada día mas.
Eran dos vidas que el destino juntaba, con la idea de no quererlos
Separar.
Pero nada es eterno el eco les repite
Y ella en el abismo fue a dar, el nunca comprendió sus mundos, ni la oscura melodía que en su cabeza ella podía escuchar.
Él entonces al sacarse las vendas vió en su bella la realidad, era un ser muy distinto a otros y él, cobarde decidió escapar.
A esa dama tan hermosa, hoy se le vagar, con dos rosas en sus manos y una muda verdad.
Y a ese muchacho un día encantado, las estrellas lo pueden apreciar recitandole poemas a la memoria de esa niña que el logro matar.
Dame Blanche.