Al principio pensamos que todo era cuestión de azar.
Divertida suerte, descubrirnos con las mismas canciones, autores, pasiones y prendas de vestir.
Con el tiempo se hizo extraño. ¿Conexión, casualidades o destino?
Coincidimos cuando nos tuvimos, sin tenernos. Con tan poco tiempo, sin abandonar nunca esos edificios de ladrillo.
Lo hicimos incluso con tanta ausencia en medio, sin encontrarle explicación lógica a este enredo.
Pero mira que curioso, amor. Que, en tantos años, no hemos podido aún coincidir tú y yo.