Van los insectos primorosos,
que son la gracia y la alegría,
olando al sol colaginoso
como un tropel de pedrería.
Pasan las líricas abejas
dando sus notas musicales
cual si exhalaran dulces quejas
cantando al son de sus panales.
Desparramando sol y brío
van las cigarras zumbadoras
que abren los frutos del estío
igual que llamas tembladoras.
Cruzan luciérnagas errantes
formando círculos y cruces
cuyas dos alas centelleantes
fingen dos ráfagas de luces.
Van las hormigas diligentes,
cual largas hebras andadoras,
en el trabajo resistentes,
en la obediencia profesoras.
Cruza con ímprobo trabajo
bajo del cono de su espalda
el rastreante escarabajo
con su armadura de esmeralda.
Entre sus alas resonantes
que imitan son de recios chorros,
iguales a ébanos volantes,
van bajo el sol los abejorros.