En cada paso extraño que doy,
me siento hundida en la miseria,
pues mi apego no ha terminado.
Pero, si la gravedad no es suficiente,
¿Por qué cada fin de semana se siente así?
No puedo dejar de escribir en el espejo.
Debería dar la vuelta,
regresar a casa – ¿dónde? –
Tan agridulce, bebiendo,
viviendo.
Hasta que pueda cambiar a mi propia piel.
Encendí un cigarro,
ahora nuestras estrellas bailan
alrededor del humo.
Aroma de canela,
café en tus labios.
Tomando a alguien más.
¿Cuándo regresar?