Detallad profundamente a este absurdo miserable, meditante banalmente entre sus mezquinos tormentos y vacíos, aguardando con desenfrenada ansia y sin par anhelo, la aparición de aquella torpe vacía e insignificante voz que estimula la pobreza de sus sentimientos, trascienden sus instantes sondeando en los tormentos que gestan sus estados deprimentes.
Ahora vislumbrad cuando la aurora de aquella intempestiva aparición cubre la lontananza de su vista, detallad como desde los mas sombríos interiores de su esencia, renace como el fénix entre sus cenizas las alicientes emociones que bañan la inutilidad de su existencia, mirad como tal cobra su valía al recibir la limosna afectiva de aquel ridículo interior que paraliza su esencia similar en absurdez y vacuidad.
Percibid aquel pobre espíritu encantado cual perro recibe el despojo de comida que le arrojan, enaltecido al recibir palabras hueras y ramplonas de los sentimientos más mediocres, desbordado en emociones ante las miradas más inexpresivas que nada dicen del amor.
He aquí el amor mediocre e insignificante que corre por las venas de toda ridícula gentuza, eh aquí el mezquino sentimiento que enaltece los más absurdos corazones, eh aquí el veneno destructor del pensar de toda rastrera chusma, eh aquí el amor que solo une a los gusanos.
Vislumbrad de nuevo a este absurdo miserable y encontrad allí, el amor que une solo a los cretinos.
El amor actual, ya no simboliza aquella fusión de dos grandes corazones y excelentes espíritus unidos por el intenso magnetismo de sus virtudes, ahora solo representa la unión de los días a un pedazo de bastón inerte, que nos evite caer en el tormento de la soledad.