por lo general los poemas que no son entregados
son leídos por la grasa y la mugre de las mochilas
o de los bolsillos traseros de algún pantalón
y si el que los escribió se olvida fácilmente de ellos (motivos le sobran)
allí yacen hasta que se pierden
y nadie sabrá decir donde quedaron
quizá alimente una llama
quizá una mano indiferente separe cada letra en una lluvia recervada para el tacho
quizá arrastrada por el viento finalmete el papel llegue a la mano de la amada
Esta vez pude agarrar al olvido
mi poema estaba en un bolsillo de un pantalon recien lavado
mi mano apreto con fuerza y resulto una rosa
unas palabras que imitaban un poema
en un papel que imitaban a una rosa