Una alegre mañana de músicas y aromas
una bella princesa se bañaba en el río
y entre la corriente que ahogaba un murmurío
su albo seno saltaba con temblor de paloma.
Perfumaban el agua las olorosas pomas
de sus frescas mejillas. Jugo de uva en rocío
vestían sus pestañas, tremulando de frío,
mientras el sol volvía las sombras polícromas.
Brillaban sobre el agua las manos de la ninfa
y a su breve caricia se quebraba la linfa
que hecha flores de espuma corría por su enagua.
Mas cuando su cabeza se hundía entre las ondas,
semejaban los hilos de sus guedejas blondas
culebrillas de fuego que incendiaban el agua.