No todo el mundo es malo, por fortuna,
también hay gente buena en este mundo,
hasta diría que en feliz abundo
y sobre ello no tengo duda alguna.
Conozco gentes de muy buena cuna
que tienen enraizado y bien profundo
ese sentido del deber rotundo
que al hombre bueno con placer se aúna.
Son los que viven sin hacer jamás
un hecho que moleste a un semejante
y si pueden, con gusto echan la mano
para que en lo posible, en los demás
se acaben las penurias al instante,
con un trato tan noble como humano.