Cuando el amor en nuestra mente se aposenta
ya es imposible que se marche si es sincero,
pues al contrario, cuando es fiel y verdadero,
día por día y sin cesar se ve que aumenta.
Sin saber cómo ni por qué se nos presenta
para tenernos por su culpa al retortero,
pues quiere ser en todo y más siempre el primero
y nada más que sólo a él se tiene en cuenta.
Va apoderándose de toda nuestra vida
y en adelante el pensamiento lo dirige
constantemente a la persona a la que amamos,
viviendo así en una existencia compartida
y de común acuerdo, entrambos ya se elige
ese camino que jamás ya abandonamos.