Qué hermosura es vivir con ilusiones,
pues vives una vida, aunque ficticia,
que viene a ser una feliz delicia,
al llegar la ventura a borbotones.
Pero existen también las sinrazones
por las que llega sin tener noticia
ni fundamento alguno, la malicia,
que estropea las buenas sensaciones.
Todo se va al garete en este caso
y anodina y vulgar, ya la existencia
transcurre sin que nada la emocione,
siendo la pura estampa del fracaso,
y una cruda y total indiferencia
hace que ni siquiera reflexione.
La ilusión predispone
a que llegue a tu vida el optimismo,
sacando al mismo tiempo al pesimismo.