Por más vueltas que demos no arreglamos
el mundo y además ya lo sabemos,
así que, por favor, no lo intentemos
y vamos a dejarlo como estamos.
Sólo en las cosas malas progresamos,
pues vamos desde el centro a los extremos
y cuando en éstos al final nos vemos,
con inmenso dolor nos lamentamos.
Hemos querido ser siempre los amos
de cuanto sea bueno y no tenemos
y para conseguirlo, batallamos
a muerte si es preciso y si vencemos,
nuevamente en buscar nos empeñamos,
porque nunca contentos estaremos.
¿Por qué siendo tan memos
y saber que lo somos, no cambiamos
esta forma de ser que nos gastamos?