NO SUFRAS POR MÍ
No me mires, amor, con esos ojos
que lloran la tristeza de esa pena
que en tu alma se crea y almacena
y tenías guardada entre cerrojos.
Si me quieres librar de estos abrojos
que me marcan la senda a mi condena,
rompe con decisión esa cadena
que te anuda con fuerza a mis antojos.
Si te veo sufrir, más sufrimiento
se acumula en mi ser y es demasiado
para poder llevarlo sobre el hombro
y con sólo pensarlo, ya presiento
que mi espíritu tenga que ir cargado
con los cascotes de mi propio escombro.